Descenso de importaciones de bienes de capital y accesorios industriales en Bolivia

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En los primeros seis meses del año, Bolivia ha experimentado una notable caída en la compra de bienes de equipo y componentes industriales, lo que ha despertado inquietud en varios sectores económicos debido a su posible efecto negativo en la inversión productiva y el desarrollo a mediano plazo.

De acuerdo con datos oficiales del comercio exterior, las compras al exterior de bienes de capital —que incluyen maquinaria, equipos y tecnología utilizados en la producción— experimentaron una contracción superior al 20% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta tendencia negativa también alcanzó a los accesorios, repuestos y piezas destinadas al mantenimiento y funcionamiento de equipos industriales, los cuales descendieron cerca de un 17%.

Esta baja en las importaciones de insumos clave para el aparato productivo ocurre en un contexto marcado por una serie de factores estructurales y coyunturales que afectan a la economía boliviana. Entre ellos se destacan la restricción de divisas, la inestabilidad en los mercados internacionales, la depreciación de monedas regionales frente al dólar y una menor disponibilidad de reservas internacionales netas, que limitan la capacidad de financiamiento de operaciones de comercio exterior.

El límite a la importación de bienes de capital podría impactar directamente en la economía, dado que estos recursos son cruciales para incrementar la eficiencia, actualizar procedimientos industriales y mantener las inversiones en áreas clave como la minería, la agroindustria, el transporte y la construcción. La reducción de este tipo de importaciones a menudo se interpreta como un signo previo de desaceleración económica, particularmente cuando persiste.

Además, empresarios y analistas han advertido que la caída en estos rubros podría estar reflejando un clima de incertidumbre entre los inversores privados, que postergan decisiones ante la falta de claridad en las reglas de juego, la presión fiscal y el estancamiento en reformas necesarias para facilitar el crecimiento económico. La ausencia de incentivos concretos para la producción y la limitada disponibilidad de financiamiento bancario también se mencionan como factores que contribuyen al retraimiento de la inversión.

En cuanto a los sectores relacionados con el comercio y la logística, han indicado que las limitaciones en el acceso a dólares están complicando las operaciones de los importadores, lo que impacta a empresas grandes, medianas y pequeñas. Esto ha provocado retrasos en los pagos internacionales y dificultades para restablecer inventarios, además de una disminución en la competitividad en comparación con países vecinos que poseen sistemas cambiarios más estables.

En contraste, algunas voces dentro del Gobierno han relativizado la caída de las importaciones, argumentando que podría responder a un cambio en la estructura de la demanda interna o a una mayor utilización de capacidad instalada existente. No obstante, la magnitud de la caída y su persistencia despiertan dudas respecto a la sostenibilidad de esta explicación.

La coyuntura también se ve afectada por un entorno internacional más desafiante. Las tensiones geopolíticas, las subas de tasas de interés en las economías desarrolladas y los problemas en las cadenas globales de suministro han encarecido los costos de importación y reducido los márgenes de maniobra para economías emergentes como la boliviana. A ello se suman los desafíos internos, como la inflación importada y los desequilibrios fiscales que presionan las cuentas públicas.

Frente a este panorama, diversos sectores productivos reclaman medidas concretas que permitan revertir la caída en la inversión y fomentar la renovación tecnológica del aparato industrial. Entre las propuestas más recurrentes se encuentran la facilitación del comercio exterior, incentivos fiscales a la inversión, mayor acceso al crédito productivo y una política monetaria que permita un flujo razonable de divisas.

El rendimiento de las importaciones de bienes de capital durante el resto del año será crucial para analizar la situación de la economía boliviana y su capacidad para mantener el crecimiento en un entorno desfavorable. No solo está en juego el nivel de actividad presente, sino también la oportunidad de establecer fundamentos firmes para un desarrollo económico sostenible a largo plazo.

Por: Pedro Alfonso Quintero J.

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